La autora de “El futuro del trabajo” explica de qué se trata la reinvención profesional . Asegura que con el teletrabajo, debemos estar preparados para competir por un puesto a nivel mundial.
La pandemia ha puesto a prueba las capacidades y actitudes de todos los trabajadores. Por eso, la reactivación exige que las personas se reinventen profesionalmente para cumplir con las expectativas que el futuro demanda. Conversamos con Patricia Merino Aspauza, consultora asociada de LHH DBM, sobre su más reciente publicación, “El futuro del trabajo. Guía Ágil para tu Reinvención Profesional”, escrito en coautoría con la también consultora Patricia Cánepa.
A raíz de la pandemia, ¿qué ha cambiado en las empresas a la hora de contratar y cómo podemos acercarnos a ser el candidato ideal que buscan?
Apreciamos dos cambios principales a la hora de contratar. El más evidente es la contratación bajo el esquema de teletrabajo para todo tipo de posiciones, incluso algunas posiciones corporativas. Esto quiere decir que el factor geográfico ya no es un limitante, lo cual implica estar aún más preparados para competir a nivel mundial. Por otro lado, la pandemia aceleró la adopción digital y exigió actuar en entornos de alta incertidumbre. Las empresas están priorizando estas áreas en las evaluaciones de los procesos de selección. Hoy se valora mucho a las personas que puedan dar resultados en entornos inciertos, que sepan innovar o hacer más con menos, así como manejar cambios o transformaciones digitales donde las habilidades interpersonales son críticas, pues hay que trabajar en equipos multifuncionales.
¿Cómo evitar perder vigencia profesional? Además, ¿todos debemos reinventarnos? ¿Cómo empezar?
El sentido de intuición sirve como una alarma: te avisa que estás perdiendo vigencia. Pero a veces no sabemos qué hacer o dónde empezar, entonces seguimos haciendo lo mismo, nos desfasamos y perdemos relevancia profesional. Es por ello que tenemos que estar al día con todo lo que está pasando alrededor de nosotros, en nuestro trabajo, industria, y en el mundo en general, cómo están evolucionando las carreras, qué oportunidades nos revelan las tendencias, qué habilidades y mentalidades se tornan críticas para liderar nuestras carreras. Así podemos identificar las brechas que tenemos que cerrar para enfrentar el futuro del trabajo con éxito. Pero tenemos que pasar de la información a la acción. Por eso el libro plantea un modelo de reinvención de 10 pasos, inspirado en metodologías ágiles, que se resumen en 3 partes: 1) plantear tu propuesta de valor actual, 2) definir metas futuras; y 3) definir un prototipo de tu propuesta de valor futura. Paso a paso y de la mano de otras herramientas, como las conversaciones exploratorias y una guía de ejecución, vas afinando y evolucionando tu propuesta para mantenerte relevante.
¿De qué forma la mentalidad marca el éxito profesional?
Estoy convencida de que uno es lo que piensa. Tu actitud hacia cómo enfrentas las situaciones o problemas es crítica para determinar tu éxito profesional. Hemos identificado 7 mentalidades que debe asumir el profesional moderno, que incluyen la mentalidad positiva, la ambidextra, la de camaleón, entre otras. Todas son importantes, pero quizá una de las más importantes es la mentalidad positiva, el pensar que “si se puede,” a pesar de los obstáculos.
¿Cuáles serán las principales habilidades duras que debemos tener en el futuro?
Las habilidades duras son aquellas propias de tu especialidad, donde se espera que no solo estés al día con lo último en tu carrera si no que te diferencies de alguna manera a través de tus contribuciones. Entre las más demandadas están todas las que tienen que ver con el dominio de tecnologías hasta las que sirven de apoyo como el razonamiento analítico, el diseño de experiencias de usuarios, todo lo relacionado al e-commerce y ventas especializadas, entre otros. En cuanto a habilidades duras, mi recomendación es que, hagas lo que hagas: 1) domines los fundamentos de tu especialidad, destaques en ella y la complementes con una visión de las humanidades, 2) te pongas “anteojos digitales” para conocer sobre las tecnologías emergentes y cómo puedes aplicarlas para producir mejores resultados y más rápidos; y, 3) domines las habilidades duras de gestión como el desarrollo de estrategias con visión de futuro, la gestión del cambio, entre otras.
¿Y cuáles son las habilidades humanas del futuro? ¿De qué forma comunicarlas o hacer saber que las tenemos?
Podemos hablar de las habilidades de creciente demanda. Si nos remitimos a las que señala el World Economic Forum al 2022, te das cuenta de que la mayoría son habilidades humanas, la creatividad o la innovación, el pensamiento crítico tan necesario para tomar decisiones y solucionar problemas, entre otros. Si convivimos con la tecnología, tenemos que sacar a relucir precisamente estas habilidades humanas para diferenciarnos de ella y trabajar en equipo. Las máquinas y la tecnología se convierten en nuestros mejores aliados, “aumentan” nuestra inteligencia y capacidad para lograr mejores resultados. La maravilla de la tecnología es que nos permite dejar de hacer lo rutinario y enfocarnos en lo que mejor sabemos hacer: soñar, crear, innovar y trabajar en equipo para crear y lograr grandes cosas.
¿Cómo serán los líderes del futuro y en qué se diferencian de los de ahora?
Un mundo altamente volátil e incierto, exige que los líderes asuman lo que denomino una “mentalidad ambidextra”, donde deben sentirse cómodos recurriendo tanto a su lado más racional como al más creativo, así como adaptarse a diversos entornos y dar resultados en situaciones tanto de crecimiento y claridad como de complejidad y estancamiento. Se espera que los líderes del futuro sean cada vez más ágiles por lo que deben trabajar de la mano de la tecnología, así como de las personas, liderando equipos remotos como presenciales y aplicando metodologías ágiles. Se evidencia una tendencia hacia el liderazgo con propósito e influencia, un liderazgo más humano que prioriza las relaciones interpersonales para crear e innovar en un mundo cada vez más colaborativo. Los líderes tienen que identificar oportunidades de crecimiento futuro y sostenibilidad, sintonizadas a un propósito alineado con los intereses de los diversos stakeholders.
¿Qué papel jugará el networking en el futuro? ¿Y las redes sociales?
Las redes juegan un papel imprescindible en entornos cada vez más colaborativos donde se espera agilidad, innovación y el aprovechamiento de la tecnología para resolver problemas. El networking y las redes representan el interfaz humano y son un engranaje clave. Sirven para ampliar la inteligencia colectiva, crear sinergias y agilizar los procesos y resultados. Construir relaciones a través de una sólida y amplia red de personas, enriquece tu patrimonio profesional pero requiere dedicación. Implica cultivar relaciones amplias y variadas, que siguen dos principios básicos universales que son “juntos somos más” y “dar para recibir.” Durante la pandemia por ejemplo, vimos cómo ejecutivos alrededor del mundo recurrieron a colegas en sus redes, para disipar dudas, compartir ideas y apoyarse en la incertidumbre. Es lo que llamamos la “mentalidad tribu”, que no es más que reconocer el valor de construir relaciones y ecosistemas tanto dentro como fuera de la empresa. También incluye participar activamente en el ecosistema mundial digital, uniendo esfuerzos a través de grupos con intereses similares para generar oportunidades, sacar iniciativas adelante o resolver problemas en común. Es el modus operandi de los mejores.
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